viernes, 8 de octubre de 2010

ESTA NOCHE AIALO LAIA EN EL CONTRACLUB


Si viviésemos en un mundo perfecto, Olaia pazos sería estudiada en las universidades. Y sus retratos poblarían las carpetas y las paredes desconchadas de los cuartos. Y sus efigies se alzarían en las plazas para dar sombra a los próceres de antaño, altas como torres donde ninguna paloma tendría los arrestos de cagarse.


Si viviésemos en un mundo perfecto, Olaia Pazos sería la voz de una generación. De todas las generaciones. Y todas las calles serían su calle, y todas las noches serían su noche, y por cada corazón roto y cada estómago furioso y cada pie despellejado que naciese habría un oído más que abrazaría su voz, su música y su arte.


Si viviésemos en un mundo perfecto todas las chicas querrían ser Olaia Pazos, y todos los chicos querrían ser Olaia Pazos también, y al toc toc de sus tacones por el empedrado las madres taparían los ojos de los niños y la mirarían con el odio del quiero-y-no-puedo quemándoles las pestañas. Con odio pero sin envidia.


Porque en un mundo perfecto serían muy pocos los agraciados con el carisma suficiente para poder envidiarla y muchos, millones, los que la admirarían en silencio como algunos la admiramos ya. Y cada nueva canción suya rompería las listas, los cuellos, las conciencias. Y cada una de sus palabras se quedaría grabada a fuego sobre la piel del inconsciente colectivo por los siglos de los siglos hasta devenir arquetipo universal. Y ella seguría siendo la misma. Caminando como camina. Sonriendo como sonríe. Vertiéndose sobre el mundo como se vierte.


Si viviésemos en un mundo perfecto, ver y escuchar a Aialo Laia costaría el sueldo de diez años, medio riñón y un lustro en lista de espera y jamás jamás JAMÁS seis míseros euros que pudiesen permitir a cualquier persona vulgar tener el privilegio de verla de cerca, de oírla de cerca, de tocarla de cerca.


Porque después de escuchar a Aialo Laia ninguna persona vulgar volverá a ser vulgar nunca más. Y eso puede que sea demasiada responsabilidad.


Y por eso, por esa responsabilidad, y porque vivimos donde vivimos y somos lo que somos, esta noche, a las 22:30, en el Contra-Club de la calle Bailén 16, acompañada por Seve Palomares y Javier Ezpeleta, Aialo Laia segirá intentando convertir esta mierda de mundo en un mundo perfecto. En su mundo. No se descarta que lo consiga.


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